jueves, 12 de marzo de 2020

La pedagoga soriana María Cruz Gil Febrel (1895-1943) [2]


El expediente académico de María Cruz Gil Febrel en la Escuela Superior del Magisterio de Madrid fue de sobresaliente, con varias matrículas de honor. Así mismo, durante su formación trabajó bajo las directrices de Luis de Hoyos, director del Seminario de Etnografía, Folklore y Artes populares de dicha escuela. Fruto de ello resultó su Memoria de fin de carrera con el título de “Numancia”, codirigida por los profesores Luis de Hoyos y Ángel Vegué y Goldini (Ver: Martínez Torner, F: Dos estudios geográficos y etnográficos de Asturias. Ayuntamiento de Quirós, 2005, pág. 22).
            Cabe anotarse aquí que como segundo de dicha promoción 1916-1919 quedó Rodolfo Llopis Ferrándiz (1895-1983), Secretario General del PSOE en el exilio durante casi tres décadas (hasta que en el XIII Congreso del PSOE en Suresnes (Francia), días 1 y 13 de octubre de 1974, le sucedió Felipe González) y que ocupó la Dirección General de Enseñanza Primaria en la Segunda República, emprendiendo desde ella una profunda reforma de todo el sistema educativo español. (Ver: Lomas, B.: Rodolfo Llopis (1895-1983) Una biografía política. Planeta, Barcelona, 1999).

Inspectora de Enseñanza Primaria de Soria

Dos de las mejoras introducidas en 1911 en la Escuela de Enseñanza Superior del Magisterio eran la concesión de becas a todos los alumnos matriculados en ella y otra que, al concluir sus estudios, estos saldrían directamente colocados bien como profesores de Escuela Normal o bien como Inspectores de Enseñanza Primaria.
En este sentido, María Cruz Gil Febrel ejerció primero de profesora durante el curso 1919-1920 por recomendación de la Junta de Ampliación de Estudios en el Instituto Escuela de Madrid. Una vez desarrollada esta experiencia docente, fue propuesta por el Claustro de sus profesores para desempeñar el cargo de Inspectora de Enseñanza Primaria de Soria, con fecha de 19 de julio de 1920. Tenía 25 años.
La prensa de su ciudad natal lo confirmaba  al decir: “Ha sido nombrada Inspectora de las Escuelas de niñas de esta provincia la distinguida, culta y simpática señorita María Cruz Gil Febrel, y hoy le ha dado posesión del cargo don Tomás Rivas Inspector jefe de la provincia. Muy cordial y sinceramente felicitamos a dicha señorita soriana. (Ver: “El Noticiero de Soria”, del 27 de julio de 1920, pág. 3).
A partir de este mismo instante María Cruz Gil Febrel va a desarrollar un laborioso trabajo ateniéndose al cometido y responsabilidades de su cargo. En su tarea contó con la inestimable colaboración del entonces Inspector Jefe Gervasio Manrique Hérnández (1890-1978) .Juntos asumieron el pensamiento pedagógico de la Institución libre de Enseñanza, fundada por el pedagogo Francisco Giner de los Ríos, discípulo del filósofo soriano Julián Sanz del Río.
En 1923, con motivo de la visita a nuestra capital del sabio Profesor de la Normal Central y Director de la importante revista pedagógica “El magisterio español” de Madrid don Victoriano Fernández Ascarza, que visitó los monumentos de la ciudad y sus principales centros educativos, la Inspectora de esta provincia, señorita María Cruz Gil Febrel, junto con la Directora de la Escuela Normal de Maestras, doña Concepción S. Madrigal y el Delegado Regio de 1ª Enseñanza D. Pelayo Artigas enviaron su más entusiasta adhesión al improvisado banquete que se celebró en el Hotel Comercio (Ver: “El Porvenir Castellano”, del 9 de julio de 1923, pág. 1).
También, le llegaron momentos dolorosos debidos a la muerte de su padre Pedro Gil Lozano el 9 de noviemre de 1924, al que siguió el de su madre Raimunda Febrel Esteras apenas un año después, el 14 de octubre de 1925.

Reconocimiento a su cultura, celo y actividad

En la prensa especializada en la materia como “La Orientación: Periódico semanal de Instrucción Pública” y  “El Defensor Escolar: revista semanal de primera enseñanza” se deja constancia de las visitas ordinarias de inspección cursadas por la Inspectora María Cruz Gil Febrel a las Escuelas Nacionales de Niñas de numerosos pueblos. Participa, así mismo, en la Comisión Organizadora del Certamen Nacional Pedagógico, tendente a fomentar entre los maestros el estudio de los problemas pedagógicos y ofrecer al Estado un estudio de dichos problemas por si lo considera de algún valor para futuras reformas. (Ver: “Noticiero de Soria” del 24 de diciembre de 1925, pág. 3). Organiza cursillos de formación, acompaña a maestras en viajes de estudio, etc.
Desde el Gobierno Civil de Soria con fecha de 12 de marzo de 1926 se la propone para una recompensa “por su cultura, celo, actividad y trabajo, que se ha impuesto en bien de la enseñanza”. Y se incide en que ella “se desvive en el cumplimiento de sus deberes, toma parte en todas las conferencias que se celebran, tanto en esta capital como en los pueblos de la provincia, y en todas ellas con su elocuencia y fácil palabra, difunde ideas patrióticas y de ciudadanía encareciendo el patriotismo y amor a la enseñanza.(…)”.
A ello se contestó, desde el Consejo de Instrucción Pública de Madrid, con fecha de 11 de mayo de 1926, diciendo que la comisión había dictaminado encontrar justificado “que se le den gracias de Real Orden por sus notorios afanes en pro de la Cultura.”

Concejala  del Ayuntamiento de Soria

Esa presencia constante en la vida pública soriana propició el acceso de María Cruz Gil Febrel a la política municipal. Fue en plena Dictadura del general Primo de Rivera. Previamente, el 21 de octubre de 1927, el Alcalde de Soria  Eloy Sanz Villa había presentado al Gobernador Civil de la provincia la dimisión de la Corporación. El Ayuntamiento dimisionario estaba constituido por los concejales García, Rioja, Sanz (J.M.), Sanz (V), Moreno, Beltrán, Herrero, Liso, Arribas, Benito, Cuevas, del Amo, Ropero, Chico y Bartolomé.
Como consecuencia, el lunes 31 de octubre, bajo la presidencia del Gobernador civil de la provincia don Generoso Martín Toledano celebró sesión el Ayuntamiento soriano paa admitir la renuncia de los antiguos concejales y dar posesión a los nombrados por la primera autoridad y que son los siguientes: Don Joaquín Arjona, Corredor de Comercio; don Mariano del Olmo, médico; don José María Cillero, Catedrático; señorita María Cruz Gil, Inspectora de Primera Enseñanza; señorita Victoriana Asenjo, Profesora de la Escuela Normal; don Juan Cabrerizo, industrial; don Pedro Chico, profesor de la Escuela Normal; don Eloy Sanz Villa, médico; don Eugenio las Heras, industrial; don José García Oñate, farmacéutico; don José Casado, fotógrafo; don Julio Domínguez, agricultor; Corporativos: don José Santos Jiménez por el Sindicato Agrícola Numantino; don Vicente Labanda, por la Cámara de Comercio; don Alejandro Rodríguez, labrador y ganadero y don Ildefonso García Sáncho por la Sociedad de Socorros Mutuos de Obreros de Soria. Si bien Eugenio las Heras del Campo presentó su renuncia. (Ver: “El Avisador Numantino”, del 2 de noviembre de 1927, pág. 2).
En una de las primeras sesiones celebradas por el nuevo Ayuntamiento se consignó en el presupuesto municipal, por iniciativa de la Inspectora, señorita Cruz Gil, 5.000 pesetas para colonias escolares; 2.000 para la cantina escolar y otra cantidad para excursiones escolares.” (Ver: “El Magisterio Español, Revista General de Enseñanza”, del 1 de diciembre de 1927, pág. 5).
José María Martínez Laseca
(xx de marzo de 2020)

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