El
expediente académico de María Cruz Gil Febrel en la Escuela Superior del
Magisterio de Madrid fue de sobresaliente, con varias matrículas de honor. Así
mismo, durante su formación trabajó bajo las directrices de Luis de Hoyos,
director del Seminario de Etnografía, Folklore y Artes populares de dicha
escuela. Fruto de ello resultó su Memoria de fin de carrera con el título de
“Numancia”, codirigida por los profesores Luis de Hoyos y Ángel Vegué y Goldini
(Ver: Martínez Torner, F: Dos estudios geográficos y etnográficos de Asturias.
Ayuntamiento de Quirós, 2005, pág. 22).
Cabe anotarse aquí que como segundo
de dicha promoción 1916-1919 quedó Rodolfo Llopis Ferrándiz (1895-1983),
Secretario General del PSOE en el exilio durante casi tres décadas (hasta que
en el XIII Congreso del PSOE en Suresnes (Francia), días 1 y 13 de octubre de
1974, le sucedió Felipe González) y que ocupó la Dirección General de Enseñanza
Primaria en la Segunda República, emprendiendo desde ella una profunda reforma
de todo el sistema educativo español. (Ver: Lomas, B.: Rodolfo Llopis
(1895-1983) Una biografía política. Planeta, Barcelona, 1999).
Inspectora de Enseñanza
Primaria de Soria
Dos de las mejoras
introducidas en 1911 en la Escuela de Enseñanza Superior del Magisterio eran la
concesión de becas a todos los alumnos matriculados en ella y otra que, al
concluir sus estudios, estos saldrían directamente colocados bien como
profesores de Escuela Normal o bien como Inspectores de Enseñanza Primaria.
En este sentido, María
Cruz Gil Febrel ejerció primero de profesora durante el curso 1919-1920 por
recomendación de la Junta de Ampliación de Estudios en el Instituto Escuela de
Madrid. Una vez desarrollada esta experiencia docente, fue propuesta por el
Claustro de sus profesores para desempeñar el cargo de Inspectora de Enseñanza
Primaria de Soria, con fecha de 19 de julio de 1920. Tenía 25 años.
La prensa de su ciudad
natal lo confirmaba al decir: “Ha sido
nombrada Inspectora de las Escuelas de niñas de esta provincia la distinguida,
culta y simpática señorita María Cruz Gil Febrel, y hoy le ha dado posesión del
cargo don Tomás Rivas Inspector jefe de la provincia. Muy cordial y
sinceramente felicitamos a dicha señorita soriana. (Ver: “El Noticiero de
Soria”, del 27 de julio de 1920, pág. 3).
A partir de este mismo
instante María Cruz Gil Febrel va a desarrollar un laborioso trabajo
ateniéndose al cometido y responsabilidades de su cargo. En su tarea contó con
la inestimable colaboración del entonces Inspector Jefe Gervasio Manrique Hérnández
(1890-1978) .Juntos asumieron el pensamiento pedagógico de la Institución libre
de Enseñanza, fundada por el pedagogo Francisco Giner de los Ríos, discípulo
del filósofo soriano Julián Sanz del Río.
En 1923, con motivo de
la visita a nuestra capital del sabio Profesor de la Normal Central y Director de
la importante revista pedagógica “El magisterio español” de Madrid don
Victoriano Fernández Ascarza, que visitó los monumentos de la ciudad y sus
principales centros educativos, la Inspectora de esta provincia, señorita María
Cruz Gil Febrel, junto con la Directora de la Escuela Normal de Maestras, doña
Concepción S. Madrigal y el Delegado Regio de 1ª Enseñanza D. Pelayo Artigas
enviaron su más entusiasta adhesión al improvisado banquete que se celebró en
el Hotel Comercio (Ver: “El Porvenir Castellano”, del 9 de julio de 1923, pág.
1).
También, le llegaron
momentos dolorosos debidos a la muerte de su padre Pedro Gil Lozano el 9 de
noviemre de 1924, al que siguió el de su madre Raimunda Febrel Esteras apenas
un año después, el 14 de octubre de 1925.
Reconocimiento
a su cultura, celo y actividad
En la prensa
especializada en la materia como “La Orientación: Periódico semanal de
Instrucción Pública” y “El Defensor
Escolar: revista semanal de primera enseñanza” se deja constancia de las
visitas ordinarias de inspección cursadas por la Inspectora María Cruz Gil
Febrel a las Escuelas Nacionales de Niñas de numerosos pueblos. Participa, así
mismo, en la Comisión Organizadora del Certamen Nacional Pedagógico, tendente a
fomentar entre los maestros el estudio de los problemas pedagógicos y ofrecer
al Estado un estudio de dichos problemas por si lo considera de algún valor
para futuras reformas. (Ver: “Noticiero de Soria” del 24 de diciembre de 1925,
pág. 3). Organiza cursillos de formación, acompaña a maestras en viajes de
estudio, etc.
Desde el Gobierno Civil
de Soria con fecha de 12 de marzo de 1926 se la propone para una recompensa
“por su cultura, celo, actividad y trabajo, que se ha impuesto en bien de la
enseñanza”. Y se incide en que ella “se desvive en el cumplimiento de sus
deberes, toma parte en todas las conferencias que se celebran, tanto en esta
capital como en los pueblos de la provincia, y en todas ellas con su elocuencia
y fácil palabra, difunde ideas patrióticas y de ciudadanía encareciendo el
patriotismo y amor a la enseñanza.(…)”.
A ello se contestó,
desde el Consejo de Instrucción Pública de Madrid, con fecha de 11 de mayo de
1926, diciendo que la comisión había dictaminado encontrar justificado “que se
le den gracias de Real Orden por sus notorios afanes en pro de la Cultura.”
Concejala
del Ayuntamiento de Soria
Esa presencia constante
en la vida pública soriana propició el acceso de María Cruz Gil Febrel a la
política municipal. Fue en plena Dictadura del general Primo de Rivera. Previamente,
el 21 de octubre de 1927, el Alcalde de Soria
Eloy Sanz Villa había presentado al Gobernador Civil de la provincia la
dimisión de la Corporación. El Ayuntamiento dimisionario estaba constituido por
los concejales García, Rioja, Sanz (J.M.), Sanz (V), Moreno, Beltrán, Herrero,
Liso, Arribas, Benito, Cuevas, del Amo, Ropero, Chico y Bartolomé.
Como consecuencia, el
lunes 31 de octubre, bajo la presidencia del Gobernador civil de la provincia
don Generoso Martín Toledano celebró sesión el Ayuntamiento soriano paa admitir
la renuncia de los antiguos concejales y dar posesión a los nombrados por la
primera autoridad y que son los siguientes: Don Joaquín Arjona, Corredor de
Comercio; don Mariano del Olmo, médico; don José María Cillero, Catedrático;
señorita María Cruz Gil, Inspectora de Primera Enseñanza; señorita Victoriana
Asenjo, Profesora de la Escuela Normal; don Juan Cabrerizo, industrial; don
Pedro Chico, profesor de la Escuela Normal; don Eloy Sanz Villa, médico; don
Eugenio las Heras, industrial; don José García Oñate, farmacéutico; don José
Casado, fotógrafo; don Julio Domínguez, agricultor; Corporativos: don José Santos
Jiménez por el Sindicato Agrícola Numantino; don Vicente Labanda, por la Cámara
de Comercio; don Alejandro Rodríguez, labrador y ganadero y don Ildefonso
García Sáncho por la Sociedad de Socorros Mutuos de Obreros de Soria. Si bien
Eugenio las Heras del Campo presentó su renuncia. (Ver: “El Avisador Numantino”,
del 2 de noviembre de 1927, pág. 2).
En una de las primeras
sesiones celebradas por el nuevo Ayuntamiento se consignó en el presupuesto
municipal, por iniciativa de la Inspectora, señorita Cruz Gil, 5.000 pesetas
para colonias escolares; 2.000 para la cantina escolar y otra cantidad para
excursiones escolares.” (Ver: “El Magisterio Español, Revista General de
Enseñanza”, del 1 de diciembre de 1927, pág. 5).
José María Martínez
Laseca
(xx de marzo de 2020)
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