miércoles, 7 de agosto de 2019

Recordando a la mitica actriz española Margarita Xirgu


EL AÑO XIRGU. Durante 2019-2020 se celebra el 50 aniversario de la muerte de la actriz catalana convertida en mito. Se subió a las tablas con apenas 13 años y ya a los 18 debutó como profesional para renovar la escena española. Ella interpretó magistralmente las obras de los hermanos Machado, Federico García Lorca, a quien conoció en 1926, de Rafael Alberti y de Alejandro Casona, entre otros muchos dramaturgos españoles y extranjeros. Su decidido apoyo a la República le condenó al exilio perpetuo. Fue rompedora en su época con sus actuaciones y también como mujer. Tuvo una gran proyección y reconocimiento en América Latina.
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                Tal y como mencionábamos en nuestra columna Sobre vivir: “Cuando vino la Xirgu” (ver HD-So del 1 agosto de 2019), ella pasó por Soria a finales de junio de 1921. Y sus diferentes representaciones en el Teatro Principal de nuestra ciudad se vieron coronadas por un rotundo éxito. En 2009, Ramón Martínez de la Riva (ABC del 26 de abril de 2009), la recordaba en su representación de “Carmen”. Y decía: “Era «ella”. Carmen rediviva, española y gitana, tremante de pasión y de celos; y la expresión de sus ojos, “voluptuosa y fiera”, acompasaba con la del cuerpo, que al fin se rendía a la navaja de José el Navarro.
            Para mejor contribuir al homenaje tributado a esta actriz, encarnación de la pasión y la tragedia y cuya vocación teatral nació “consigo misma” hemos estimado conveniente reproducir el magnífico artículo “Margarita Xirgu por Castilla. Una gran campaña artística” que  José María Palacio, Director de El Porvenir Castellano, publicó en primera página de El Diario de Burgos, del sábado 25 de junio de 1921.         
“A las dos de la tarde de hoy, ha salido en dirección a esa histórica ciudad, depositaria de sus energías, la eminente actriz catalana y muy española, Margarita Xirgu que con su notabilísima compañía realizan el viaje en automóvil, y después de haber podido admirar las reliquias artísticas sorianas, que verá aumentadas allí en grado sumo, luego de haber gozado en estos días serenos y magníficos de Junio, en que los horros casi exhaustos aguardan el fruto vendido de los trigales en flor, toda la honda emoción del paisaje hosco y  fuerte, cuya poesía ha desentrañado la lira inmortal de Antonio Machado, han traspasado raudamente la zona umbrosa, conciliadora y atrayente, plena de belleza, de luz y de color, de los pinares sorianos y burgaleses. Sobre ellos, silenciosos y serenos que evocan la música arpegial de Montaigne o de Rubén, el genio artístico de Margarita se habrá estremecido como el alma de un enamorado al contemplar una sultana magnífica y alucinante.
            Aquí ha realizado Margarita –esta familiaridad es algo que surge rápidamente por una alta estimulación entre ella y el público– una campaña brillantísima. Los artistas que forman su elenco han dejado la sensación de uno de los conjuntos más notables. Ella, Margarita, posee una fuerza tal de simpatía nacida de su arte excelso y su impulso creador es tan absorbente, que consigue adueñarse muy pronto del corazón de los espectadores.

            En Soria ha verificado un abono de ocho funciones poniendo en escena con absoluta probidad Fedora, Primerose, Marianela, La loca de la casa, El mal que nos hacen, Ramo de locura, Alimaña y Rosas de otoño.
            Cada representación fue un triunfo, si cabe más grande que el del día anterior.  El público que  ha llenado todas las noches el Principal ha colmado de ovaciones a la insigne artista y a todos los intérpretes de las obras.
            Margarita Xirgu es una mujer inteligentísima, toda sensibilidad y emoción artística. Estaba consagrada como nuestra mejor trágica y no se sabe qué valor resalta más en la encarnación de cada uno de los personajes que interpreta en escena.
            Es una verdadera maga de todos los sentimientos femeninos; sus transiciones del dolor a la alegría, de la serenidad a la exaltación, de la ira al amor, del odio a la reconciliación, del afecto apasionado al desdén, constituyen en cada momento un destello genial.
            Las grandes turbulencias íntimas, las intensas luchas del corazón para cristalizar las más altas abnegaciones que culminan en la mujer mártir, concreción de todas las bondades y de las más hondas generosidades, tienen en Margarita Xirgu una realidad escénica insuperable, que pasma por la expresión y asombra por el gusto. Así es en “Marianela”, así en todos sus papeles. Da a cada personaje un sentido psicológico, expresivo y emocional apropiado. Ustedes lo apreciarán durante su actuación allí.
            Anoche, con el estreno de “La extraña”, drama intenso y extraordinario del poeta Eduardo Marquina el público colmó de ovaciones repetidas el final de cada acto. Al terminar la pieza, Soria entera, representada en el teatro, reiteró de modo especialísimo a Margarita su altísima estimación. Subió y bajó el telón no sé cuantas veces. Las señoras y señoritas saludaban y aplaudían, rientes o llorosas y todas profundamente emocionadas. Los caballeros, todos de pie, no cesaban de aplaudir. Fue el momento doloroso de la separación. Parecía como que nadie quería salir de la sala.
            Al fin, Margarita, conmovida, dijo en cuatro palabras suaves y gratas, toda su gratitud.
            Una nota expresiva. Antonia de Benito, niña de 15 años, con otras señoritas de su edad, decían al salir del Teatro:  –Yo no me voy sin abrazar a Margarita.
            Yo salía de felicitarla con mi hija Pilar, de 12 años, y esta dijo con evidente orgullo a sus amigas:  –¡Anda, yo acabo de saludarla ahora con mi papá!
            Así es esa gran mujer, que despierta entre sus congéneres los mayores entusiasmos.
            Yo no he creído nunca de veras en el llamado problema catalán. En el terreno especulativo, lo plantea muy bien el ilustre burgalés Benito Mariano Andrade en su jugoso y reciente libro “Los separatistas son una minoría bullanguera que actúa siempre en su provecho”.
            Tengo el convencimiento de que el arte excelso de Margarita Xirgu, realiza en el orden sentimental una labor más provechosa que cien campañas políticas para la cordialidad entre Castilla y Cataluña. El Arte no conoce los conceptos estrechos de región.
José María Martínez Laseca
(Lunes, 5 de agosto de 2019)