jueves, 22 de diciembre de 2016
miércoles, 21 de diciembre de 2016
Representación teatral
(Día
1 de noviembre de 1841. Por la mañana temprano. Han pasado más de 8 meses desde
la anterior conversación mantenida entre Don Armando y Don Fernando. Ahora se
vuelven a encontrar de nuevo. Como si estuvieran en plena calle, frente al
edificio de la Diputación Provincial )
Fernando: ¡Buenos días, don Armando! ¡Cuánto me alegro de volver a encontrarle
de nuevo. Más de ocho meses han transcurrido desde la última del pasado 15 de
febrero!
Armando: Y que lo diga Vd., don Fernando. La Gaceta de Madrid, nos dio aquel día un alegrón,
al publicar, el domingo 14, la
Orden de la
Regencia de 11 de febrero de 1841 por la que se creaba el
primer Instituto Provincial de Segunda Enseñanza de Soria.
Fernando:¿Qué nuevas hay sobre el tema?, pues he estado en este
tiempo ausente de la ciudad.
Armando: Poco se dice en la calle. Mas, algo he podido espigar yo en las páginas
de “El Numantino”, al leer unos extractos de las actas de sesiones de la Diputación Provincial.
Fernando: ¡Ya ardo en ascuas por saberlo!
Armando: Fue el pasado 6 de julio cuando la Corporación discutió
el proyecto para el establecimiento del deseado Instituto. Y, después de
deducidas por el Señor Presidente y Diputados provinciales las razones y
observaciones que cada uno tuvo por conveniente hacer, este se aprobó por
unanimidad. Y se acordó trasladárselo al señor Jefe Político de la Provincia.
Fernando: ¡Cuente, cuente! ¿Qué le exponían en la comunicación?
Armando: Pues, que aún estando conformes con las pautas exigidas por la Dirección de Estudios,
veían muy conveniente reparar en algún punto.
Fernando: ¿En qué cosas don Armando?
Armando: En aumentar el estudio del Francés, que es la lengua que hoy más se conoce
en el mundo. Igual que la
Geografía , necesaria para todas las carreras así de Ciencias
Naturales como para la política y legislatura. Y también la Economía , ya que les
vendrá muy bien a los alumnos que al salir del Instituto vayan a las
Universidades superiores.
Fernando: ¿Y dónde piensan plantear el Instituto?
Armando: En ese mismo edificio donde estaba el extinto Colegio Universidad de
Osma, que se halla en un estado de solidez y comodidad tal cual puede exigirse
para su subsistencia cómoda por más de 20 años.
Fernando: Mayor problema será el gasto. ¿De dónde sale el dinero?
Armando: La
Diputación ha
señalado las dotaciones de los profesores con arreglo a las circunstancias del
País. Y ha entendido que muchos productos comunes de los pueblos (dehesas,
montes, pastos, etc.), sin deslindar sus derechos, no podrían aplicarse de modo
más filantrópico y útil que en levantar las cargas del Instituto.
Fernando: ¡Viento en popa, va todo, según lo que Vd. me cuenta!
Armando: (Como viniendo de lejos
otro hombre irrumpirá en escena) Es
cuanto sé. Pero espere, que veo se nos acerca Don Isidro María Martínez, a la
sazón Secretario de nuestra Diputación. (Al pasar junto a su lado, lo
reclama) ¡Por favor, un momento, don
Isidro!
Isidro: (Se acerca a los dos) ¡Muy buenos días señores!
Díganme lo que desean, ya que llevo algo de prisa.
Armando: ¿Qué nos informara Vd. de cómo va el Instituto Provincial de Segunda
Enseñanza de Soria?
Isidro: En ello estoy. Hace
un mes que se ha creado la
Junta Directiva del referido Instituto para que se ocupe de
reglamentarlo y de llevar las demás atribuciones. Se cuentan hasta 7 profesores
para los 44 alumnos que se han matriculado. Y se ha propuesto a Don Blas Ranz
Yagüe, teniente cura de Castilfrío, para ser su Director.
Fernando: ¿Para cuándo la apertura del curso, que tanto se hace de
rogar?
Isidro: Mañana. Mañana, 2
de noviembre, sin más tardanza, como publicara el Boletín Oficial de la Provincia del 27 de
septiembre, se iniciarán las lecciones. A ello se deben mis prisas, a que tengo
que ultimar unos pequeños detalles y cursar las últimas invitaciones.
Fernando: ¿Siendo el fomento de la Instrucción Pública
una decidida iniciativa del Gobierno liberal progresista de Espartero, acudirá
gente bastante importante?
Isidro: Así es,
presidirán autoridades provinciales y locales. Ya han confirmado su asistencia
el Jefe Superior Político de la
Provincia y Presidente de la Diputación Miguel
Antonio Camacho, el intendente Manuel de Valverde, el Comandante General
Saturnino Albuín y el Alcalde de Soria, Eduardo Torres. Y entre otros muchos,
como diputados provinciales y alcaldes de algunos pueblos, también asistirá una
delegación de la Real
Sociedad Económica Numantina con los señores Víctor Arnau,
Modesto Capdet y Víctor Carrascosa.
Armando: Por
tratarse de un Instituto estatal, ¿será acto tan solemne abierto a todos los públicos?
Isidro: En efecto, Vds. también
pueden acudir si quieren, pues invitados ya están.
Fernando: Muchas gracias, don Isidro. Que allí nos hemos de ver.
Pues digna es de presenciarse esa inauguración del curso escolar en el
Instituto de las grandes esperanzas para Soria y su provincia.
Armando: Por supuesto. Será un gran día, sin duda. Y lo habrán de celebrar
después otras generaciones venideras.
Isidro: Entonces, ¡Hasta
mañana, señores!
Fernando y Armando: ¡Hasta
mañana será! (Salen hacia un lado los dos y en dirección opuesta Isidro)
Creado por: José María MARTÍNEZ
LASECA
(Representado en la Diputación Provincial
de Soria, el día 21 de diciembre de 2016, con motivo de la entrega de la Medalla de Oro de la Provincia al IES “Antonio
Machado”)
La mejor herencia recibida
Presidente, diputados,
autoridades, amigas y amigos:
Se
me pidió que hablara en este acto de entrega de la medalla de oro de la
provincia de Soria al Instituto “Antonio Macho”, en tanto que promotor de la
idea. Y lo hago gozoso y con emoción. Nunca podría hacerlo a sangre fría. Se
trata del centro al que llegué de niño, en 1966, desde mi Almajano natal, para realizar
por libre aquella prueba de ingreso que marcaría mi andadura.
Al
que torné, tras pasar por el “Pío Baroja” de Irún y el “Miguel de Unamuno” de
Bilbao, en 1971, para hacer sexto de bachillerato y COU, en que me cambié de
Ciencias a Letras.
En
el Machado fui primero alumno, (guardo grato recuerdo de docentes y de colegas
de aula), y, desde 2006, profesor de Lengua Castellana y Literatura, hasta culminar
un ciclo. También en él han estudiado mi mujer y mis dos hijas, que ahora son
profesoras de Instituto. ¿Cómo no celebrarlo? Mucho le debo yo a ese viejo
Instituto.
Forma
parte indudable de tu vida, me diréis. Sí, pero todo el orgullo que yo siento debe
hacerse extensivo a muchos de vosotros, que podríais contar historias similares.
Cual agua del río Duero, varias generaciones se han sucedido a lo largo de sus
175 años cumplidos.
Hablo
de un Instituto histórico. Que ha supuesto la primera universidad para miles de
sorianos. Del huésped del edificio barroco, que antes fuera convento de
jesuitas. Que abrió sus clases en 1841. Cuando la regencia progresista de
Espartero.
Primero
y único Instituto de Segunda Enseñanza de Soria durante 128 años. ¡Qué bien nos
lo cuenta Concepción Jimeno Martínez en su magnífico libro! Para que ni uno
solo dejara de inflamarse con el deseo del saber, decían. “Preparar al hombre
en su primera edad para que llegue al apogeo de lo que un día debe ser en su
posición social, es el fin y el objeto del Instituto público que vamos a
levantar”. La educación como ascensor social.
Se
escribió entonces y sigue vigente hoy día. Enseñanza pública de todos y para
todos. Propiciando la igualdad de oportunidades mediante el proceso de
enseñanza-aprendizaje. Porque prime el talento sobre la cuna. ¡Ay de la
educación, tan denostada a veces como invocada en las proclamas políticas cual
bálsamo de fierabrás! ¡Qué pronto se nos olvida que es un derecho fundamental!
Hoy,
aquí, se honra a nuestro querido Instituto. La sola mención de personalidades que por él han pasado, con quien le presta su
identidad a la cabeza, lo dotan de la máxima entidad cultural. Ello ya sería
suficiente para hacerlo merecedor de la medalla concedida.
Nuestro
Instituto se hizo realidad debido a un trabajo en equipo. A la decidida apuesta
de personas e instituciones que le dieron prioridad y supieron solventar las
dificultades económicas. Desde el Jefe Político, Miguel Antonio Camacho, los principales
Ayuntamientos de la provincia, y la Real
Sociedad Económica Numantina de Amigos del País con su lema: “El
ocioso para nadie es provechoso”. Pero siempre con la Diputación Provincial
al frente.
Buena
lección, sin duda, la del éxito de lo comunitario, por la conjunción de esfuerzos.
La de una Diputación que, lejos de ver en la educación un gasto más, la tiene
por inversión necesaria para el porvenir de la provincia. Siempre ha estado ahí
nuestra Diputación. Entonces con el Instituto Provincial de Segunda Enseñanza,
y la Escuela Normal
de Maestros, más tarde con el Colegio Universitario (CUS) o la Escuela de Enfermería y ahora
continúa con la UNED.
Somos
hijos de una tierra dejada de la mano de Gobiernos y, lo que aún es peor, de las
nuestras propias. “Nunca la gente de Soria hizo gran bulto en la historia”,
reza el refrán. Pese a Numancia. Choca con que de nuestro paisano Julián Sanz
del Río, dijera Giner de los Ríos: “le deben su verticalidad la mitad, por lo
menos, de los españoles que andan hoy en dos pies”. Con que nuestros maestros fueran reconocidos en todo el país. ¡Qué viene el
soriano!, exclamaban al verlo llegar. ¡Lástima, la fuga de tantos cerebros de
esta tierra tan generosa como necesitada!
Oro
de ley es la educación. Para saber, saber hacer y ser personas. Mejores
ciudadanos. Con capacidad de discernir. Honrar al histórico Instituto “Antonio
Machado” es honrarnos a nosotros mismos. Bien lo sabían nuestros padres cuando
entendieron que el mayor tesoro que podían dejarle a sus hijos era el del
conocimiento: una buena educación.
En
consonancia con ello va esta medalla de oro otorgada por la Diputación Provincial
al Instituto “Antonio Machado”. Por ser la historia viva de nuestra mejor herencia
recibida. Muchas gracias Presidente y Diputados provinciales por entenderlo así.
Por acordar por unanimidad que, en justicia, procedía.
Y acabo ya. Con un deseo a modo de brindis: ¡Larga
vida al Machado, compañeros! He dicho
José María Martínez Laseca
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