Nos
junta, en este jueves de raro mercado en Soria por la pandemia del Coronavirus,
de nuevo, un acto de celebración poética, y en consecuencia gozoso, como es la
entrega del premio al ganador del certamen “Un soneto para Soria”, que cada año convoca el Círculo
Amistad Numancia. Lo hacemos aquí, en el Casino, este lugar de la poesía y en
el contexto de la Feria del libro de Expoesía.
En esta ya su octava edición, como ha
dicho su Presidente Adolfo Sainz, el jurado integrado por mis compañeros el
poeta César Ibáñez París y el crítico y librero César Millan y yo mismo, se lo
hemos otorgado, por unanimidad, al poeta donostiarra Javier Potch, al tiempo
que estimamos oportuno conceder un accésit, por vez primera, al visontino Juan
Antonio Soria Boillos.
Es indudable que tejer un soneto
clásico, con su estructura enjaulada de dos cuartetos y dos tercetos, con
versos endecasílabos y rima consonante: ABBA, ABBA, CDC,DCD, supone todo un
desafío y entraña gran dificultad. Para afinar tensión y sentido y conseguir
que el texto resultante sea sugeridor y bello.
Un modo de hacer al itálico modo que en
nuestra literatura cuenta con grandes poetas que se han expresado en dicho
formato. Toda una larga tradición. Con Garcilaso de la Vega, pionero, Lope, Quevedo,
Góngóra, continuadores, y por citar algunos de los nuestros: Antonio Machado,
Gerardo Diego, Dionisio Ridruejo y Concha de Marco.
¿Qué es poesía?, se preguntaba Bécquer.
Y, en verdad, que resulta complicado definir la poesía. ¿Cómo podemos
distinguir el bailarín del baile?, inquiría el poeta inglés Yeats. Está claro
que no podemos responder ciertas preguntas y que debemos aceptar la
incertidumbre. La poesía se construye con palabras y las palabras se mueven y
cambian de significado, no solo a través de la historia, sino también a lo
largo de la vida, a lo largo del día e incluso al repetirlas varias veces
seguidas. En todo caso, parece que la poesía lírica consiste en decir diferente
y está siempre “inflamada por el entusiasmo”, quedando envuelta en un halo
misterioso. “Solo el misterio nos hace vivir, solo el misterio”, advertía el
gran Federico García Lorca.
En cuanto a los temas que trata la
poesía estarían los universales del sentimiento, como decía Antonio Machado y
que sintetizaba Miguel Hernández en sus tres heridas. “Con tres heridas vengo,
con tres heridas yo: la de la muerte, la de la vida y la del amor”, y también
los lugares comunes o tópicos literarios. Entre los más conocidos están el carpe
diem ("aprovecha el día"), el collige, virgo, rosas ("coge,
doncella, las rosas"), el ubi sunt? (¿dónde están?), beatus ille (dichoso
aquel), o la descriptio puellae (descripción de la mujer).
Entresaco aquí el del locus amoenus
(lugar agradable), porque tiene mucho que ver con nuestro soneto ganador, así
titulado, que resalta la ribera del río Duero. Más en concreto el añorado
merendero del Augusto, con su embarcadero, junto al puente de piedra. En el
lado opuesto a los Arcos de San Juan de Duero. Todo un paraíso perdido.
Descrito con gracia por su autor Javier Potch. Usando ágiles encabalgamientos.
A sabiendas de que los paraísos son siempre humildes y precarios. ¡Enhorabuena!
También la poesía canta lo que se
pierde. Suele decirse, con un toque romántico, que la poesía florece entre las
ruinas. Y ese tono elegiaco, se camta lo que se pierde, perfuma los dos sonetos
de Juan Antonio Soria: “Puente de Visontium, entre brumas al alba” y “Negras
rosas del alba en Visontium”, que han recibido el accésit. Por sus bellas
metáforas.
Ambos poetas, Javier y Juan Antonio, han
cumplido, pues, con éxito el objetivo
del Concurso al tener a Soria en su variada diversidad como fuente de
inspiración. Cantándola excelentemente. Y se merecen, por ello, el reconocimiento del jurado y de
los lectores. Muchas gracias.
Acabo ya diciendo que son dos los
elementos que definen nuestras vidas humanas, estos son los de la fugacidad y
el olvido.
Frente a ellos únicamente la poesía,
como la siempreviva, opera el milagro y otorga permanencia, eternidad.
Nada más. Salud para todos y muchas gracias.
José
María Martínez Laseca
(6
de agosto de 2020)
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