jueves, 12 de marzo de 2020

La pedagoga María Cruz Gil Febrel (1895-1943) [y 3]


Sobre las escuelas de la provincia de Soria, su cuñado Leopoldo Ridruejo Ruiz-Zorrilla opinaba: “… bien puede decirse que si un pueblo carece de escuela higiénica, es por desidia de su Ayuntamiento. Tanto el Gobierno, como nuestra Inspección Provincial de Primera enseñanza, están deseando complacer en este sentido.
Buena prueba de que nuestra afirmación es cierta, es el gran número de hermosísimas escuelas que el Estado tiene construidas en la provincia.
Pues bien; Soria, la capital de la provincia, no ha logrado todavía tener un grupo escolar digno del siglo XX, como Almazán, el Burgo, San Esteban, Ólvega, Sauquillo, Quintana Redonda, Matamala, La Rubia y tantos otros pueblecitos de la provincia (…)”.  (Ver: “El Avisador Numantino”, del 2 de noviembre de 1927, pág. 2).

Construcción de nuevas escuelas

Estas quejas llegaron al Director General de Primera Enseñanza, señor Suárez Somonte, que prometió construir el Grupo escolar de la capital en colaboración con el Ayuntamiento (Ver: “El Avisador Numantino”, del 29 de octubre de 1927, pág. 2).
María Cruz Gil Febrel, fue nombrada junto a otros como José Tudela, por Real Orden de 1º de agosto de 1928 (Ver: “BOP”, nº 95, del 8 de agosto de 1928, pág.8), Vocal de la representación ciudadanía en la Comisión de construcciones escolares de la provincia, e impulsó la edificación de nuevas escuelas en los pueblos, de lo que dan fe las monumentales de Bayubas de Abajo (finalizadas en 1936). Además, la Diputación facilitaba gratuitamente a los Ayuntamientos los planos y presupuestos de dos modelos de Escuelas Rurales. Como señala Calvo Villar hubo otros factores decisivos en dicha construcción como la aportación vecinal y el apoyo de los emigrantes  que posibilitaron esa alta escolarización de la población  del 75% en 1932, con un 70% asistiendo con regularidad. (Ver: Calvo Villar, M. C.: Más de cien años de Historia de las Escuelas de Soria, 1812-1936. Ed. Gráficas Ochoa Soria S.L. Soria, 2002).
María Cruz Gil Febrel, en su artículo: “Función social que la maestra puede realizar en el medio rural”, en la Revista de Pedagogía nº 132 de 1932, págs. 537-543, planteaba, desde una nueva perspectiva, la necesidad de renovar las escuelas de adultos. Impartiendo conferencias y cursos breves, exposiciones, representaciones teatrales, etc. en los que deber intervenir las gentes del lugar, como medio de progreso del agro. (Ver: Férnandez Soria, J.M. y Agulló Díaz, M. C.: Una escuela rural republicana. Universidad de Valencia, 2004).
Queremos dejar constancia expresa de la presencia de María Cruz Gil Febrel en el homenaje que la ciudad de Soria rindió a su poeta Antonio Machado Ruiz, el 5 de octubre de 1932, en la plazoleta de San Saturio, entregándole el título de hijo adoptivo.
El 28 de junio de 1933 pasó a formar parte de la Junta directiva de la Asociación de Inspectores. Así mismo,  fue nombrada Jefa de la Inspección de primera Enseñanza de esta provincia (Ver: “El Avisador Numantino”, del 14 de marzo de 1934, pág. 3).
Y, por fin, la capital inauguró el Grupo escolar “Manuel Blasco” (hoy “La Arboleda”) el domingo 18 de marzo de 1934 (Ver: “El Avisador Numantino”, del 21 de marzo de 1934, pág. 2)

Viajera para la ampliación de estudios

María Cruz Gil Febrel había solicitado durante los años 1927, 1929, 1931 sin éxito una beca  a la Junta para la Ampliación de Estudios (JAE) en el extranjero.  La consiguió, por fin, en 1934. Le fue concedida el 24 de abril de 1935 por tres meses y ladisfrutó viajando a los países de Francia, Bélgica y Suiza, y, además, se le hizo extensiva a Italia. Ella hablaba tanto francés como inglés. Con antelación a su partida, celebró una importante reunión con todos los maestros de la comarca con el fin de constituir un centro de colaboración profesional en Almajano (Ver: “El defensor Escolar”, del 26 de enero de 1935, pág. 2) .
Visitó la Escuela Experimental de Mail (Ginebra), el “Foyer d´Ouex”; la Escuela de anormales dirigida por Alice Descoeudres (Ginebra); el Museo Pedagógico de Berna; diversas escuelas de Bruselas (donde se había adaptado el método Cecroly) y especialmente la Ecole de l´Ermitage del propio Decroly; varias escuelas maternales, graduadas y de anormales en París, el Museo Pedagógico de París; las escuelas al aire libre en Italia; la “Scuola del agro romano”; la “Scuola Olgiata”, la ciudad escolar “Vittorino de Feltre”, la “Scuola Rinnovata” y las “Case del Bambini”, consideradas todas ellas coo pioneras en la renovación pedagógica del momento. En consecuencia, desde París, Bayona, Ginebra y Roma remitió sus informes a la JAE. (Ver: Marín Eced, , T.: Innovadores de la educación en España (Becarios de la Junta para Ampliación de Estudios). Universidad de Castilla-La Mancha, 1991). Regresó de su viaje de estudios a finales de julio (Ver: “Noticiero de Soria”, del 25 de julio de 1935, pág. 3).

La maldita guerra lo truncó todo

Empero, tan brillante carrera se vería cortada con el inicio de la guerra civil española, que dio un vuelco a su vida. El alzamiento militar del 18 de julio, sorprendía a María Cruz Gil Febrel en plena actividad de los cursos de verano en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander. Le resultó imposible regresar a Soria y un barco del Gobierno la trasladó, junto con sus compañeros a la zona republicana. A finales de diciembre de 1936, colabora en la Semana del Niño (¡Juguetes para todos los niños antifascistas!), en representación de la Junta provincial de primera enseñanza.
El BOP de Soria nº 116, de 18 de mayo de 1937 recoge la citación de los juzgados de primera instancia de Soria para que compareciera al instruírsele expediente administrativo de responsabilidades políticas, declarándola en paradero desconocido. En el año 1937 tomó posesión del puesto de Inspectora de Primera Enseñanza en Cuenca, ciudad en la que ejerció su trabajo durante la guerra (Ver: Sainz Magaña, M.E.: María Cruz Gil Febrel, 2012). Y el BOE nº 250, Burgos 27 de junio de 1937 pág. 2091, recoge su separación definitiva del servicio, debiendo ser dada de baja en el escalafón. Entre los cargos que se le imputaban:  1.-Simpatizar y favorecer en el ejercicio de su cargo al Frente Popular. 2.-Haber cambiado sus ideas derechistas y católicas al advenimiento de la República, “sin duda con el propósito de medrar en su carrera”. 3.-Haber pasado desde Santander a la zona roja por Francia, habiendo podido hacerlo a zona nacional. 4.-Haber ocupado cargos oficiales con los gobiernos del Frente Popular. (Ver: Inspectoras de primera enseñanza en el segundo tercio del siglo XX. Tesis doctoral. UCM, Madrid, 2017).
Ya en la posguerra, por Orden de 22 de julio (Ver: B.O.E. de 26 de de  agosto de 1940, pág. 5898), a propuesta de la Comisión Superior Dictaminadora de Expedientes de depuración, se le imponía como sanción definitiva la suspensión de empleo y sueldo por un año, con abono del tiempo que llevaba suspendida, e inhabilitación para cargos directivos y de confianza. Tras ello, María Cruz Gil Febrel fue repuesta en Soria, por Orden de la Dirección General con fecha de 28 de agosto de 1940. Pero ya nada volvería a ser como antes para ella. Enferma, en 1942 no podía realizar visitas a la 1ª zona femenina. Moría el 13 de enero de 1943 Sus restos descansan en una sepultura del alto cementerio del Espino.
Pero no todo está contado. Ella supo proyectar una mirada femenina a aquella realidad. Por su dedicación plena en pro de la educación y la cultura del pueblo soriano, se merece estos versos de A. Machado: ¡Lleva quien deja y vive el que ha vivido! Ya que cuando la vida se acaba la muerte enciende luces (de eternidad) en otro lugar.
José María Martínez Laseca
(xx de marzo de 2020)

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