Como consecuencia de la
implantación en nuestra ciudad de Soria, en 1841, del Instituto Provincial de
Segunda Enseñanza (1841), se está celebrando, a lo largo de todo este curso
académico 2016/2017, su 175 aniversario, mediante una nutrida y variada
programación de actividades en la que tienen cabida el teatro, la música, las exposiciones,
las conferencias, los debates, etc. Dentro de ese conjunto cabría, asimismo,
incluir este trabajo de indagación que pretende resaltar una experiencia
significativa, como fue la que se hizo posible mediante la conjunción de esfuerzos de profesores y alumnos de
diferentes promociones, y que fructificó en la publicación periódica de una interesante
revista escolar. La que si no es recogida por Jesús María Latorre Macarrón en
su libro “Periódicos de Soria (1811-1994)” acaso se deba, más que al
desconocimiento de su existencia, al hecho de considerarla un boletín estudiantil,
no tenido por un auténtico medio periodístico de interés general.
Dado
el material que hemos podido analizar, lo vamos a contextualizar dentro de la
década tildada como de “los felices años 60” . Era cuando nuestro país estaba saliendo de
su etapa más oscura de la dictadura franquista. Tras la dura situación de
hambre, pobreza y represión de la inmediata postguerra. Trazando unas rápidas pinceladas señalamos que
comenzaban las negociaciones para la entrada de España en la Comunidad Económica
Europea. En 1964, cuando el Che Guevara dio su discurso ante la ONU y apareció el Libro rojo
de Mao, España celebraba con gran autobombo, por obra y gracia de Manuel Fraga
al frente del Ministerio de Información y Turismo, los “25 años de Paz” desde
que concluyó la Guerra Civil ,
en realidad los 25 años de la victoria. Con el nacimiento de 697.697 bebés
lograba su techo el “baby boom”. Triunfaban los Sirex con “Si yo tuviera una
escoba” y Conchita Velasco con su “Chica Ye-Yé”. El 21 de junio de 1964 en
Madrid la selección española de fútbol ganaba la Copa de Europa a la de la Unión Soviética
por 2 a 1
con el famoso gol de cabeza de Marcelino. Pero seguían siendo años duros -con
fusilamientos- de clandestinidad para la oposición. Con tensiones en las minas
de Asturias y generalización de conflictividades laborales y de agitación
universitaria. Con el brotar de CCOO, la irrupción del terrorismo de ETA,
escándalo MATESA y designación de Juan Carlos de Borbón como sucesor del Jefe
del Estado a título de Rey.
Como
en el resto de España, en Soria, con 152.426 habitantes en la provincia y 19.301
en la capital, imperaba el nacional-catolicismo. Por aquí Embutidos Antonio
Revilla firma el primer convenio sindical colectivo. Se inaugura la cárcel
central provincial. Nos visita el embajador
de Estados Unidos, que influiría en el rodaje del Doctor Zhivago por estos
pagos. Fraga inauguraba los paradores de Santa María de Huerta y de Soria. En
Frechilla de Almazán se inicia la Concentración
Parcelaria. El 90% de los electores sorianos respalda con el
98% de sus votos el Referéndum de la Ley
Orgánica del Estado. Se inauguran los nuevos edificios de las
Escuelas de Magisterio y Artes y
Oficios. Se constituye el Grupo SAAS. Se abre la escuela de enfermería y
la casa de cultura donde se ubicó la biblioteca pública. Se funda el Teatro
Ensayo Soria (TES).
El
instituto de entonces
Si
esos fueron algunos de los hechos que acontecieron en aquel tiempo, ahora vamos
a referirnos al espacio o escenario concreto que nos atañe y que no es otro que
el del Instituto. El antiguo caserón del XVII, propiedad de los Jesuitas antes
de la desamortización, que pasó a pertenecer al Estado como acredita el escudo
con el toisón de oro, de Carlos III, que preside su noble portada barroca en la
calle Aduana Vieja. Cabe advertirse aquí que el Instituto era el único
existente en la provincia (pues hasta 1969 no se abrió “El Castilla” para el
alumnado femenino) por lo que a él concurrían chicos y chicas. (A principios de
noviembre de 1960 se había abierto el
Colegio Adoptado de Covaleda que dependía del de Soria) Esto justifica que por
la calle Estudios estuviera una nueva puerta de entrada para las alumnas. Se
había incorporado al centro el ala donde antes estaban las Escuelas anejas al
Magisterio. Acceso independiente tenían las escuelas preparatorias. El patio de
recreo estaba asfaltado y también dando a la calle Instituto esta el Salón de
Actos –Teatro-Cine- de nueva planta con cabida para 600 espectadores. También
está el patio interior de los claustros, la sala de Conferencias y de Música,
la vivienda del Director y del Conserje y la Cátedra de Antonio Machado. Existen además una
capilla, Sala de profesores, Secretaria, Dirección y Jefatura de Estudios,
Seminarios Didácticos, Laboratorios de Física y Química y de Ciencias
Naturales, Archivo, Almacenes y Servicios Higiénicos y duchas. El resto de los
espacios en las plantas inferior y superior se empleaba para las aulas
generales.
Nuestra revista
Con la llegada de
la primavera de 1961 veía la luz. “Tenía que nacer. Todo en el aire anunciaba
su próxima llegada. Era ya irremediable. De tiempo atrás –años de por medio–,
en nuestro Instituto el intento de una revista. Proyectos que se fueron
quedando arrumbados, proyectos que sucedían a otros, aves en inminencia de
vuelo, sin lograr ver sus alas desplegadas. (…)
Y
ahora, esta nueva ilusión, obra de un día y de otro. Estudiantes, ex-alumnos,
profesores de la misma mano. Desfilaremos, se sucederán nuestros redactores, un
curso seguirá a otro y cambiarán los nombres de los que aquí escriban. La
revista seguirá siendo la obra de todos”, editorializaba el profesor y jefe de
redacción Carlos Beceiro Rodríguez (CBR), tras el saluda inicial de la
directora del centro Manuela Pita Andrade.
Y
su cabecera estaba aquí. “La llamamos con el nombre más nuestro, “Alto Duero”.
Alto de cumbres y, también, líquido manantial. El Duero que niño y casi en
pañales, como lo saludaba el poeta, abre en Soria su avenida y marca la
provincia, con su trazo, con el tajo de su espada de acero o de agua que hiere
la loma y la peña.”, explicaba CBR. A la vez que justificaba su contenido con
estas palabras: “Y esta nuestra revista, con su nombre y con los nombres de los
que en ella colaboran. Creación o notas informativas, de mucho hay que hablar.
Para nuestra ciudad y para las otras ciudades, por el haz de España, esta voz
nuestra que ahora se pone a contar y a decir; a dar, con nuestra palabra, fe de
trabajo y de vida”
Este
nº 1 de la revista “Alto Duero”, con Miguel Moreno y Moreno de director,
encuadernado en rústica, constaba de 19 páginas, con un formato de 23,5 x 16,5 cm ., ilustradas con
dibujos y viñetas del Catedrático Juan Chulia. Estaba editada por Gráficas
Sorianas.
José María Martínez Laseca
(3 de febrero de 2016)
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