Expuestos ya los aspectos de
contextualización, junto con el arranque de la primera entrega de la revista
“Alto Duero” del entonces único Instituto de Soria, vamos a continuar, aquí y
ahora, con nuestro análisis del conjunto de 16 ejemplares, del nº 1 al 17, con
ausencia del nº 15, y a los que cabría añadirse otro más en el que yo colaboré
con un poema de tipo social, siendo estudiante de 6º curso (1971/72), entonces
con Emilio Moratilla García como profesor de Lengua y Literatura. Haciendo cata
en cada uno de ellos extraeremos los aspectos que nos resulten más llamativos y
denominadores comunes junto con algunas conclusiones, entendidas, por nuestra
parte, como de mayor interés para nuestros lectores. Así, en esta segunda
entrega revisaremos los ejemplares normales u ordinarios de la revista escolar
y dejaremos para la tercera y última entrega los tres números extraordinarios
en “Homenaje” a tres escritores destacados.
Toda la comunidad educativa
Entrando,
pues, en harina, de 1961 a
1966 aparecen l3 números. Por elevación, la dirección de los mismos estuvo
ejercida por Miguel Moreno y Moreno, hombre del movimiento, maestro y director
de la Casa de
Observación del Tribunal Tutelar de Menores de Soria, en las primeras entregas,
y en cuyo cometido le sucedieron después los alumnos del centro, tanto de
letras como de ciencias: Roberto Pérez-Rioja, José Antonio Hedo, Emilio Mateo
Aragonés y Cecilio Borque Millán. Es de significar, igualmente, la asunción
inicial de la Jefatura
de Redacción por el profesor Carlos Beceiro Rodríguez.
En
su condición de Instituto de carácter mixto también cabe destacarse la
implicación de varias alumnas como: Cecilia Pérez Garrido, Conchita Pastora,
Carmen Serrano, Isabel Beceiro, Hortensia Alonso, Mª Encarnación Roncal, Mª
Victoria Martínez, Pilar Carnicero, María Luisa Gaya, Ángela y Adoración
Catalina Sanz, Mª Carmen Heras, Emilia Latorre, etc.
Entre
los alumnos anotamos a: Juan Cepero, Agustín Macarrón, Pedro Hernández, José
Antonio Hedo, Luis Aguirre Duro, Jesús Liso, José Mª Díez Borque, Santos Sanz
Villanueva, José Eugenio Las Heras, Benito Córdova Pinilla, Carlos Pascual,
Fernando Romero Carnicero, Raúl García Aguilera, Carmelo Romero, etc. De los
ex-alumnos: Gabriel Cisneros, César R. del Riego, Antonio G. Abad, Rafael
Cercós, Ángel C, Algarabel, etc.
Asimismo,
de la amplia nómina de profesores, aportan su colaboración: Manuela Pita,
Octavio Nieto, Carlos Beceiro, Rosa Ortega, Amparo Gaya, Ricardo Apraiz,
Agustín Muñoz, Benigno Rey, Juan Rodríguez Castuera, Celestino Álvarez, Mª del
Carmen Sáez, Rafael Bermejo, Juan José Ruiz Cuevas, Celestino Tajahuerce, Rosa
Ortega, Félix Herrero, etc. Mención aparte merecen el Catedrático Juan Chuliá
Hernández, encargado de las ilustraciones, con la aportación de los alumnos
José Ignacio Latorre y Francisca Carnicero; y el director espiritual del
centro, el sacerdote Segundo Jimeno.
Todavía
cabe sumar a la empresa periodística la colaboración de nuevas personas, como
Benito del Riego y Cipriano Ruiz Pedroviejo, pertenecientes a la Asociación de Padres de
Alumnos.
Sobre los contenidos
Comenzando
por la portada, advertimos que parte en su elaboración de una idea del alumno
de 2º curso de Nocturnos Juan Cepero Casado. La misma se mantiene en todos
estos 13 números, con cambios en la tonalidad del color de fondo y pequeñas
variaciones respecto en su diseño con algún añadido. Hasta el nº 5, incorpora
la relación de todos sus colaboradores. En el centro de la contraportada, en
blano, aparece un escudo chico de la Universidad de Santa Catalina.
Ya,,
a partir del nº 5 vamos a ver incluidas en sus páginas publicidad de
establecimientos comerciales y empresas de la ciudad, la que irá aumentando en
números posteriores (se contó para ello con el asesoramiento de Saturio Ugarte,
agente de publicidad colegiado) en aras a su financiación, nombrándose a tal
fin los nuevos cargos de Administrador (José Luis del Villar), distribuidor
(Álvaro Jurado Spuch) y Relaciones Públicas [J. Martínez y J. Ángel del Amo
(Publicidad), Fernando Villuendas y Jesús Liso (Entrevistas)].
En
cuanto a los textos que se recogen en su interior y que, en un principio, se
muestran sin un orden propiamente establecido, veremos como posteriormente se
van a establecer las siguientes secciones fijas: Página religiosa, Sección de
Música, Página Femenina, Humor, Página Deportiva y Entrevista, junto con la
contribución escrita de otros colaboradores.
Botones de muestra
Vemos
como en estos números se da siempre cuenta de “noticias del centro” con
actividades escolares: las clásicos viajes de estudios del bachillerato, la
asistencia a representaciones teatrales, o relativos a aspectos educativos e
incluso relatando cierta tertulia.
La
creación poética dejará su impronta. Extraigo algunos fragmentos de poemas. De
dos referidos al Instituto: el de Mª Teresa Pérez: “Instituto, fuertes muros /
del saber y de cultura, / de niños encrucijada, / de sinsabores y amarguras.”;
y el de Benito Córdova: “Firme solar de enseñanza, / nave, que con gran
acierto, / nos va conduciendo al puerto / de un futuro de esperanza.” De un
soneto, dedicado al olivo del patio, último superviviente del jardín botánico,
de Ricardo Apraiz: “Olivo de esta tierra castellana / enfermizo y desmadrado,
señero / (…) / lejos de tus hermanos / (…) / ¡tan bello! mas ¡cuán triste y
dolorido, / víctima del desmán y juego bruto / estás en un rincón del
Instituto!”. Y aún de otro, a la memoria de Machado de Carmelo Romero (“el
poeta de la juventud”): “Ayer tarde bajé al Duero; / en el cielo, ni una nube,
/ en el río, ni un cristal.”
También
la narrativa se plasma en distintos relatos. Así: “El vaquerillo” de Hortensia
Alonso, “La ardilla hacendosa” de Mª Luisa Gaya, “La caza del Jabalí” de Teodomiro Manrique,
“Hacia Urbión” de Manuel Martínez Rioja o “La cueva del Asno” de Chuspi. Entre
los escritos de los profesores: “El mito platónico de la Caverna ” de Agustín Muñoz
Carrascos, “La historia y el cine” de Rosa Ortega y “El arte plástico”, de Juan
Chuliá, etc.
Visto
lo visto, bien se puede decir que la revista “Alto Duero” supuso una
interesante experiencia dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje.
José María Martínez Laseca
(4 de febrero de 2017)
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