martes, 28 de febrero de 2017

El profesor-poeta Machado a los 110 años de su llegada a Soria (1)

Dice la poeta soriana Concha de Marco:
            “Antonio, corazón de tu pueblo, ahora / a todos se les llena la boca con tu nombre / las revistas imprimen exclusivas, / se publican costosos libros de homenaje, / los extranjeros te conocen, ya es proeza, / te desgarran para esgrimir una bandera / partidarios de todos los colores. / Pero pocos han ascendido los caminos de nuestra tierra gris, / sus lomos de elefante descansando a la orilla del río  / en el espejo de la tarde”.
            Que mucho se ha escrito de Antonio Machado (Sevilla, 26-julio-1875–Collioure, 22-febreri-1939) como poeta y poco de su faceta humana de docente. De catedrático de francés ejerció durante toda su vida activa por los Institutos de Soria, Baeza, Segovia y Madrid, sucesivamente.
            Incluso, impartió clases gratuitas en la Escuela de Artes y Oficios de los Obreros de Soria; actuó como profesor sustituto de Lengua y Literatura Castellana y se implicó en la Universidad Popular de Segovia. Además se involucró en la tarea educadora de las Misiones Pedagógicas durante la Segunda República y hasta se desdobló en uno de sus más acreditados apócrifos, Juan de Mairena, que también era profesor, bien que de gimnasia y retórica.
            El largo camino de las oposiciones.      La difícil situación económica familiar –fallecidos el padre y el abuelo– obligó al poeta de Soledades, cumplidos los 30 años, a buscar empleo. Animado por Francisco Giner de los Ríos y Miguel de Unamuno, Antonio opositó a cátedras de francés de Segunda Enseñanza, para lo que no se requería licenciatura, ya que manejaba el idioma aprendido en sus estancias en París, durante 1899 y 1902.
            El proceso, efectuado en el Instituto Cardenal Cisneros de Madrid, se prolongó más de 19 meses, desde su anuncio en la Gaceta de 1º de agosto de 1905. A ellas concurrieron 126 aspirantes para cubrir las 7 vacantes, pero al llamamiento de 8 de marzo de 1906 sólo se presentaron 40. Presidía el tribunal Eugenio Sellés, eran vocales: Fernando Araujo, Antonio Gaspar, José M. Castilla y Julio Cejador y el secretario Agustín Carrera. En enero de 1907 Machado inicia las pruebas explicando la Lección 22 sobre los verbos franceses.
            Después desarrolló el tema de “El teatro como medio educativo”; tradujo del español al francés de la obra clásica “La perfecta casada”; leyó sus trabajos escritos; dio una clase práctica ante un grupo de alumnos y realizó la crítica a los trabajos de otros candidatos. Por fin, el día 5 de abril se convocó a los 7 opositores aprobados para la elección de cátedras; Machado, con el número 5, entre las de Soria, Baeza y Mahón que le quedaban, eligió la de Soria.
            Catedrático de francés: Soria, su primer destino. La Gaceta de Madrid de 20 de abril de 1907 publicaba la Real Orden, con fecha de 16, de su nombramiento y el bisemanario local Tierra Soriana del día 25 lo recogía: “Ha sido nombrado por oposición Catedrático numerario de la clase de francés, Don Antonio Machado Ruiz”. Hubo que esperar al 1 de mayo para que se trasladara a la ciudad castellana.
            Desde Madrid, el tren lo condujo a Torralba del Moral y, efectuado el trasbordo, continuó el largo viaje hasta llegar a la estación de San Francisco de Soria.  En la recoleta ciudad se alojó en una higiénica casa de huéspedes del Collado, 50. Desde aquí se acercó al Instituto General y Técnico para tomar posesión de su cargo ante el director Gregorio Martínez, como certificó el secretario Miguel Liso y Torres, si bien pospuso su incorporación a los exámenes extraordinarios de septiembre.
            Las actas del claustro de profesores confirman la presencia de Machado en la sesión de 28 de septiembre, donde se acuerda “dar buen informe en las instancias presentadas por los tres [profesores] Machado, Cabrerizo y Liso, solicitando del Ilmo. Señor Rector de la Universidad de Zaragoza, autorización para dedicarse a enseñanzas distintas del Bachillerato”.
            Así pues, el 1º de octubre, con la apertura del año académico 1907-1908, Antonio Machado se incorporaba de lleno a las tareas docentes, impartiendo los dos cursos de lengua francesa e interviniendo en los tribunales examinadores de ingreso y de libres, tanto de bachillerato como del magisterio. En este primer curso va a contar Machado con un total de siete alumnos oficiales, de los que una tan sólo es mujer. Ocho serán los asistentes a las clases de segundo curso figuran­do, asimismo, entre ellos, únicamente una alumna.
La seguridad que le da tener un trabajo fijo –ya que la poesía no daba ni para la necesaria comida– le llevará a reafirmar su posición de crecida autoestima en estos versos de su conocido “Retrato” (XCVII):
            “Y al cabo, nada os debo; debéisme cuanto he escrito. / A mi trabajo acudo, con mi dinero pago / el traje que me cubre y la mansión que habito, / el pan que me alimenta y el lecho donde yago”.
            No pareció resultarle muy grata esta inicial etapa de su estancia al profesor-poeta en la nueva ciudad. Ello, pese a habérsele notificado en el claustro de 28 de marzo de 1908 el nombramiento de Vicedirector, del que toma posesión el 14 de abril. Así se deduce de la carta remitida a Rubén Darío a inicios del mes de octubre de 1908, cuando le confiesa:
            “Yo estoy en Soria, vieja ciudad de Castilla, donde me trajeron mis pecados desempeñando la cátedra de Francés; pero quiero hacer una nueva oposición a la cátedra de Madrid, que permutaré, Dios mediante, con la de Sevilla”.
José María Martínez Laseca
(18 de febrero de 2017)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Aquí puedes escribir tu opinión. No escribas tonterías