Nos
juntó, este pasado jueves 3 de agosto, de nuevo, un acto de celebración poética, y en
consecuencia gozoso, como es la entrega del premio al ganador del certamen “Un
soneto para Soria”, que cada año convoca
el Círculo Amistad Numancia. En esta su quinta edición lo ha conseguido, como
dijo su Presidente Adolfo Sainz, el poeta Andrés García Motos, granadino de nación,
pero de habitación en Casteldefells y vinculado al pueblo de Adradas por su
esposa soriana. Con su soneto “Castroviejo”, referido al bello paraje soriano
de Duruelo de la Sierra. Donde parece
que las rocas sueñan ser una misteriosa ciudad encantada. La que conforman los
restos de una escuadra de navíos petrificada, encallada en el mar de pinares,
bajo un cielo infinito. Enhorabuena por ello, de parte de los miembros del
jurado, que se lo otorgamos por unanimidad. Advertimos en él, la inspirada
costura de las palabras que, si no nos equivocamos, también pudimos apreciar en
la confección de otra bella estampa paisajística relativa a otro de los
paisajes singulares de nuestra
provincia de Soria, cual es el Cañón del Río Lobos.
Nos
encontrábamos en el marco adecuado de ese viejo Casino, de tantas resonancias
poéticas. Sin duda “un lugar para la poesía”, que aloja, asimismo, bajo su
techo a “La casa de los poetas”. En esta
“ciudad para poetas” con sus tres grandes tenores líricos: Gustavo Adolfo Bécquer,
Antonio Machado, y Gerardo Diego. En vísperas de la apertura de la feria del
libro “Expoesía”, que este año gira en torno a exilios y poetas. Este mismo año
en que celebramos el 2.150 aniversario de la gesta de Numancia frente al
todopoderoso imperio romano. Y ello me ha llevado a arrimar el ascua a nuestra
sardina. Es bien conocido que durante cierto tiempo se discutió el
emplazamiento de la heroica ciudad celtíbera, habiendo quienes, interesadamente,
lo trasladaron a Zamora. Pues bien, entre 1924-26 viajó por España el embajador
y humanista veneciano Andrea Navagero, que al pasar por estas tierras anotó: “a
cuatro leguas a la derecha [desde Gómara] se alza Soria, junto a la cual se ven
todavía las ruinas de Numancia”. Algo
evidente, Numancia está en Garray, como ya afirmó, en 1499, el autor de la
primera gramática castellana, Elio Antonio de Nebrija, al ubicarla en su lugar
exacto. “Era en Numancia, al tiempo que declina / la tarde del agosto augusto y
lento, / Numancia del silencio y de la ruina, / Alma de libertad, trono del
viento.”, tal y como la cantó Gerardo Diego en su certero soneto “Revelación”,
de 1948.
Digo
que, este personaje, Andrea Navagero, es relevante, además, para nosotros por
ser el auténtico introductor del soneto en España. Antes lo había intentado
Íñigo López de Mendoza, el famoso Marqués de Santillana, el de las “Serranillas”,
con sus “versos fechos al itálico modo”. No obstante, lo definitivo vino tras
el encuentro del mencionado embajador veneciano con el poeta Juan Boscán, amigo
íntimo de Garcilaso de la Vega, en 1526,
en Granada. A partir de aquello, se desarrolla en nuestra literatura una larga
historia del soneto, con poetas de todos los tiempos, lo que resultaría muy
largo de relatar. Añado que mantiene su plena
vigencia e interés hoy en día, como bien corrobora el éxito de nuestro certamen
“Un soneto para Soria”.
No es nada fácil cumplir con la exigencia de crear un
soneto. Una composición poética de 14
versos endecasílabos. Con dos cuartetos y dos tercetos. De arte mayor y rima
consonante, conforme a su rígido corsé clásico:
ABBA, ABBA, CDC, CDC. Y que resulte, por ende, atractivo y sugerente. En
nuestro caso, sobre la temática de Soria, capital y
provincia, en sus múltiples facetas. Por conseguirlo exitosamente, reiteramos
nuestra sincera felicitación al autor del bello
soneto titulado “Castroviejo”, el que todos podrán degustar con su lectura,
puesto que va a quedar expuesto a lo largo de todo un año, en el local del Casino Amistad-Numancia. Es
el merecido reconocimiento a quien ha sabido contemplar lo nuestro con una
mirada diferente de la normal. Lo que le hace, por añadidura, merecedor de
nuestro mayor agradecimiento.
José María Martínez Laseca
(3 de agosto de 2017)
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